jueves, 20 de diciembre de 2007

Antología literaria


Al recorrer estas páginas puede verse claramente el esfuerzo y dedicación de un grupo de jovencitos y de jovencitas que buscan expresar a través de estos mitos sentimientos y emociones. Pueden hallarse distintas temáticas, sobre todo abunda la del amor, ese sentimiento tan puro y noble que desde la edad adolescente comienza a cosquillearles en la pancita.Como se verá en cada uno de los textos, se han rescatado valores que hacen a la espiritualidad de las personas, es por eso que los alumnos de octavo año, cuarta división del Colegio Sotero Simón Arizu se enorgullecen en presentárselos a todos ustedes.El deseo de cada uno de estos pequeños pero grandes escritores es que lean, relean, disfruten, se deleiten y rescaten enseñanzas y moralejas de cada uno de estos textos mitológicos que han sido escritos con mucho cariño para toda esta comunidad.La invitación a leer esta Antología Literaria está hecha, sólo queda buscar un lugar cómodo, acariciar una a una las páginas, relajarse y dejar que los dioses del Monte Olimpo, imaginariamente, nos lleven a un mundo muy distinto pero muy parecido al nuestro…La primera página se abre y… todo ya no será lo mismo… Éste es el momento de disfrutar…
V.B

Con Ustedes...Nuestros autores...


Luis Molina, joven escritor argentino, nació en San Rafael, actualmente vive en Atuel Norte. Tiene 13 años y vive con sus hermanos Carlos y Alexis. Se caracteriza por escuchar variada música en su fabuloso MP3.

Stefania Zandri, nacida el 18 de julio de 1993, hija de Gladys Pérez y Guillermo Zandri. Toca el clarinete desde los ochos años y en la actualidad vive en San Rafael, provincia de Mendoza. Si bien es muy callada, cuando está con su amiga Ayelén, ambas alegran la mañana villa atuelina.

Yanina Blasco, nació en el año 1994 en el Departamento de Tupungato, Provincia de Mendoza. En la actualidad vive en el Distrito de Cañada Seca en San Rafael con sus padres y sus hermanos Rodrigo, Rocío y Guadalupe. Yanina Blasco está en el transcurso escolar. Sus ojos celestes iluminan cada día sus pensamientos estudiantiles y su carita se sonroja cada vez que se le habla de amor.

José Mical, nació en San Rafael el 2 de septiembre de 1993. Vive en Atuel Norte frente a la estación de servicio con sus padres y hermanos. Es el de estatura más chiquita del curso, apodado Pequi, pero cada día se esfuerza con su buena conducta y para ser mejor en sus estudios.

Yamila Huanca, nació el 7 de octubre del año 1993 en Salto de las Rosas, un pueblo ubicado en el distrito de Cañada Seca, en el departamento de San Rafael. Al momento de escribir este mito tenía trece años. Es tan calladita que nadie se da cuenta de que está en el curso, pero su sonrisa inunda de simpatía el curso.

Fanny Ortiz, nació el 11 de junio de 1993. Tiene tres hermanos y vive con sus padres actualmente en La Guevarina, Villa Atuel. Con su simpatía cosecha cada día amistades y se esfuerza por estudiar y superar con buenas notas sus materias.

Florencia Moyano, nacida un 3 de julio de 1993 en San Rafael, tercera hijo de 5 hermanos. Actualmente vive en La Vasconia, Villa Atuel. Es la dulce muchachita que se enamora día a día del amor y que su voz es tan dulce como la belleza de Venus.

Jennifer Arano, cumple años el 8 de diciembre, nacida bajo el signo de sagitario, es muy conversadora y amigable. Caracterizada por su cabello negro y su bincha colorada, siembra y cosecha amistades por doquier.

Romina González, nació en 1993 en el Departamento de San Rafael, actualmente vive con sus padres y hermanos y asiste a la Escuela Sotero Simón Arizu. Con su carita de niña dulce día a día se convierte en una excelente adolescente y amiga.


Andrea Peré, sanrafaelina de nacimiento. Hoy tiene 14 años y vive con sus familiares más queridos en Salto de las rosas. Es una alumna muy aplicada, simpática y estudiosa. Su presencia se hace notar con una risa muy contagiosa.


Ayelén Roco, nació en la bella ciudad de san Rafael el 11 de julio de 1993. Toca la flauta traversa desde los siete años y sueña con ser una gran concertista. Se caracteriza por ayudar o pedir ayuda – no se sabe bien- a su íntima amiga Stefi en los globales. En síntesis, es una excelente alumna y amiga.

Yanina Barbadillo, nació un hermoso día de primavera, el 5 de noviembre de 1993. Vive en la calle más larga del departamento de San Rafael. Es muy estudiosa pero con sus bellos ojos cautiva a varias personas. No tiene nada que envidiarle a Afrodita ya qe además de ser una alumna muy bonita es muy buena.

Emanuel Rodríguez, nació en San Rafael, tiene 14 años. Es un pícaro juguetón que algunas veces se porta un poquito mal. Pero seguramente va a llegar a ser un gran muchacho, si se lo propone fuertemente y lucha mucho por conseguirlo ya que tiene mucho para lograrlo.

Franco Ceballos, actualmente vive en Cañada Seca, aunque él dice que su vida tiene muchos tropiezos, es un muy buen alumno y se sabe que este mito está cargado de la sensibilidad de un muchachito enamorado.

Bladimiro Cedillo, es un alumno muy bueno tanto en conducta como con sus compañeros. Nació en Bolivia y hoy vive en el hermoso departamento de San Rafael. Pronto llegará a ser un hombrecito y de bien con su esfuerzo y ganas de estudiar.

Mayra Sánchez, una hermosa sanrafaelina dedicada a la escritura. Actualmente vive con sus padres y les da grandes alegrías al ser sobresaliente en sus calificaciones. Seguramente llegará a ser una excelente mujer.

Flavia Jarpa, poco es lo que se sabe de ésta señorita. Sólo que es muy introvertida y callada. Es muy amiga de dos compañeras con las que asiste al Colegio Sotero Simón Arizu y que de tanto en tanto las tres son descubiertas en un mar de risas que desparraman por todo el curso.

Ignacio Riera, sanrafaelino de nacimiento comparte todas mañanas aventuras con sus inseparables amigos como Emanuel en el colegio al que asiste. Tiene catorce años, y aunque él lo niegue algunas chicas lo miran mucho durante las horas de clases. Es muy inteligente pero le falta poner un poco más de atención. Seguramente logrará llegar muy alto en su vida.

Pamela García, la eterna enamorada caracterizada por su voz que no deja de sonar y por su amiga más querida, sin que se enteren las otras, la barrita de cereal, vive en Atuel Norte tiene trece años y es la menor y más consentida de sus hermanos. Ella busca día a día su príncipe azul y seguramente pronto lo encontrará.

Fernanda Castilla, nació en San Rafael. Asiste el colegio Arizu y su hobby es tener muchas amigas y charlar a la salida de la escuela en la Terminal de colectivo con ellas. Es muy buena compañera y se esfuerza cada día por estudiar y ser buena alumna.

NUT Y GEB

En un pueblo egipcio vivía Nut, la diosa del cielo, que poseía gran belleza y todos los que la veían se enamoraban de ella. Cierto día cuándo aún reinaba la paz llegó al pueblo un apuesto joven. Los dos se miraron y a partir de ese momento Nut sólo pensó en Geb, que así era el nombre de pila de éste.
Nunca habían hablado pero los dos soñaban en silencio con el día de su boda. Mientras ellos se amaban silenciosamente, los del pueblo pensaban en la guerra que se avecinaba. Geb estaba entre los capitanes de la milicia.
La guerra estaba con su manto cubriendo a estos valientes seres. Nut corrió y se internó en el medio de la misma, Geb la abrazó con todas sus fuerzas pero ambos fueron atravesados por una saeta y los dejó tendidos en el suelo. En ese instante la tierra se estremeció, se abrió una grieta en el suelo y los cuerpos de Nut y Geb desaparecieron en ella.
Al cabo de un tiempo, en el lugar donde desaparecieron los amantes, se descubrió una maravillosa pirámide. Era la del templo de los guerreros. El mito supone que dentro del corazón de la pirámide aún se encuentran los cuerpos de los inseparables Nut y Geb.

Fernanda Castilla.

EL AMOR EN LOS TIEMPOS MITOLÓGICOS

Hace miles de años, en Grecia vivía Teseo, un héroe ateniense que se casó con Atenea.
Atenea tuvo un hijo llamado Deseguy. Era tan feo el pobre que además de todo lo feo tenía mucho, pero mucho pelo, debido a que poseía la mitad superior de su torso con forma de humano y la mitad inferior con forma de lobo. Lo que sí tenía era una bondad inmensa.
Sus padres lo escondían de la gente, no le permitían siquiera salir fuera de su palacio, es por eso que Deseguy se sentía muy triste.
Un día como todos los transcurridos en la vida de este hombre lobo apareció Cupido con sus simpáticas alitas y le dijo que estuviera tranquilo, que no se angustiara y que dentro de poco tiempo el toc toc del amor llamaría a su puerta. Entonces éste preguntó que cómo alguien podría fijarse en él con lo feito que era. Pero el más bello de los dioses dijo: -Por dentro tienes una inmensa belleza, sólo debes esperar.
Así Deseguy se quedó no muy convencido, sin embargo esperaba el momento con ansiedad.
Al fin el día llegó. Una hermosa mujer tocó a su puerta y preguntó por él. Atenea la hizo pasar a la recámara de su hijo. La bella mujer era Venus, la diosa del amor y la belleza. Le dijo al hombre mitad lobo que durante tres años había estado buscándolo y al fin había logrado encontrarlo. Ella quería casarse con él, eso sí, si él también lo deseaba… ¿Lo desearía Deseguy? ¿Qué creen ustedes?...
Deseguy con alegría dijo:-…¡¡¡Sí!!!- y así se casaron y se marcharon a vivir lejos de allí. Fueron muy felices y sin importarles las apariencias externas, sólo hicieron lo que sentían. Todos deberíamos ser como ellos, seguir constantemente el llamado del corazón.

Pamela García.

LA ÚLTIMA BATALLA

Hace miles de años en la cima del Monte Olimpo había una disputa entre seis dioses: Apolo, Baco, Afrodita contra Poseidón, Zeus y Atenea.
La disputa fue para saber cuál de los dos bandos se quedaba con una espada mágica cuyos poderes hacían que el que las poseyera sería el rey del mundo.
Luego de unos años, cansados de peleas llegaron a un acuerdo: realizaremos una batalla: “La Última Batalla”.
Los dioses se pusieron de acuerdo y decidieron cuándo se realizaría y dónde. El Monte Olimpo fue el escenario y el atardecer el momento planteado.
Zeus, el dios del cielo y de los truenos mandó a su mensajero a decirle a sus compañeros Poseidón y Atenea que la lucha belicosa empezaría de inmediato. Luego mandó que Hermes, el mensajero de los dioses, comunicara a sus enemigos que el combate comenzaría y que estaban dispuestos a dar todo para obtener la espada mágica.
Ya estaban todas las tropas formadas para la batalla, habían soldados de todo tipo, y seres mitológicos: águilas con patas de caballo, hombres con cuerpos de unicornios, leones con cabeza de tiburón.
La guerra estaba a punto de empezar y una vez dormido el astro rey se liberó. Duró casi cuatro horas y hubo muchos muertos e infinidad de heridos al momento de su culminación.
Los campeones del gran combate fueron Zeus, Poseidón y Atenea. Mientras que los perdedores debieron suplicar por mantener sus vidas y que éstas no corrieran peligro, decidieron los vencedores que todas se unieran en el momento justo de apoderarse de la espada y tomar el poder absoluto. Las vidas perdidas también, luego de la opinión de los dioses ganadores, fueron devueltas…entonces: ¿Para qué ésa guerra?
Allí, en ese momento, puede observarse que no todo es lo que parece y que digan lo que digan son magnánimos los dioses del Monte Olimpo.

Ingnacio Riera

ELTA Y SU NATURALEZA

En tiempos remotos existía la diosa de la naturaleza, llamada Elta. En otro lugar vivía Videlo, dios de la creación y de los animales.
La diosa vivía muy cerca de las plantas pero se sentía muy sola, estaba muy aburrida sin nadie que le hiciera compañía. Entonces exclamó en vos alta -¡si pudiera crear algo para no sentirme ni estar más sola y desesperada. Y de inmediato preguntó el dios del amor, Eros- ¿Algo como qué?- y asombrada le preguntó quien era. Éste respondió que era Eros y le explicó que con sus flechitas enamoraría a alguien así ella no estaría nunca más sola. Allí le explicó que Videlo era el dios de la creación de los animales y sería una muy buena compañía para él.
Ella se ilusionó mucho y le preguntó qué tenía que hacer. Eros le dijo que todo lo haría él. Y antes de marcharse hirió con una flecha a Elta.
Cuando llegó a Lisdandia, el país donde vivía Videlo, arrojó rápidamente una saeta del amor. Videlo sin saber lo que ocurría, tomó a sus dragones voladores y se marchó en búsqueda de su nuevo amor.
Unas de sus creaciones, la flor Margarita le dijo a Elta que si abandonaría a todos los que formaban parte de su creación. Ella lo negó cuando sintieron repentinamente un ruido. Era Videlo que en su dragón rojo con alas esplendorosas se acercaba.
Elta se sorprendió cuando lo vio llegar pero corrió a recibirlo.
El dios del amor estaba muy contento porque unió a la naturaleza con la vida animal. Elta y Videlo se casaron y tuvieron una hermosa hija a la que llamaron Gea, que desde el momento mismo de su nacimiento fue declarada reina de toda la Tierra.

Mayra Sánchez.

EL AMOR

En tiempos lejanos vivían los dioses. Dioses que no conocemos. Una diosa muy representativa era Venus, diosa del amor.
Un día, mientras se miraba al espejo, se peinaba con su cepillo de plata para salir a buscar flores a su jardín, cerca de su palacio.
Juntaba las flores más bellas. En ese momento vio a Cupido, el dios del amor. Cuando éste la observó juntando flores, quedó tan prendado que proclamaba hacer cualquier cosa con tal de que ella lo quisiera. Como será que hasta le clavó una flecha invisible de amor en el corazón.
Desapareció Venus, entonces Cupido dijo-¡¡¡No!!! Se ha ido. Tengo que encontrarla lo antes posible porque sino el hechizo de la saeta se acabará y vendrá Atrus el dios del divorcio, separará a todas las parejas que he formado y no seré más el dios del amor.-
Cupido salió volando para encontrarla, pero era inútil, no la veía por ningún lado. Preguntó en castillos, palacios y templos. Se cansó de tanto andar y no encontrar respuesta, entonces decidió tomar energías luego de dormir una siesta.
Se acostó en las raíces de un frondoso árbol. Luego escuchó que una puerta se abría y al ver se dio cuenta de que era ella. Dijo-¡¡¡Si!!! ¡¡¡Es ella!!! Entonces sacó su flecha de amor, la colocó en su arco y apuntó directo a su corazón.
-¡Di en el blanco!- se dijo e incorporándose de un solo salto vio venir a su amada corriendo con una bellísima flor entre sus cabellos. Los dos extendieron sus brazos y fueron al reencuentro. Se abrazaron tan fuerte que ya nadie logró separarlos.
Luego de contraer matrimonio, construyeron un castillo en forma de corazón, símbolo de su unión. Tuvieron dos hijos, un varón al que llamaron Amor y una niña que fue llamada Belleza.
Ambos nunca se separaron y juntos formaron una familia llena de amor y belleza. Por su parte, Cupido siguió enamorando a las personas que andan por el mundo reclamando amor y Venus repartiendo hermosura y flores de su propio jardín. Por eso hay quienes dicen que al llegar la primavera renacen estos dos dioses que nos llenan al mundo de ternura, perfume y color.

Jennifer Arano

LA HISTORIA DE AMOR

Hace mucho tiempo, vivían dos dioses Cupido, el dios del amor, y Afrodita, la diosa de la belleza. Él vivía en Roma y ella en Grecia. Ellos eran muy buenos y tenían un don, esparcían su amor a todos los que se les cruzaban.
Un día, Afrodita viajó a Roma para visitar a sus padres. Preparó su equipaje y partió.
Caminando de repente y casi sin notarlo se tropezó con Cupido:
-Huy, ¿Te hice daño?- Preguntó el dios de bellas alas.
-¡No!- Dijo Afrodita.
-Mi nombre es Cupido, soy el dios del amor, y me fascinan las cosas que tratan sobre este noble sentimiento. ¿Cómo te llamas?-
-Soy Afrodita, la diosa de la belleza y del amor. Que coincidencia...-
Cada uno siguió su rumbo. La muchacha fue a lo de sus padres y él se quedó completamente enamorado de ella.
Afrodita, al cerrar sus ojos, pensaba en Cupido, se acordaba de sus ojos, su pelo, su cara, y sentía cosquillitas en su pancita.
Un día, a Cupido le tocó pasar por un duelo, ya que el padre de la diosa de la belleza no aceptaba esa relación ya que hacía muchos años se había desatado una gran pelea entre las familias debido a que el padre de Cupido le robó la esposa al padre de Afrodita. Pelearon y el progenitor de la diosa fue el vencedor.
La bella doncella estaba muy triste, lloraba y le escribía una tras otra, cartas a su enamorado, pero en cambio las respuestas recibidas eran nulas. Hasta que un día Cupido fue a la casa de Afrodita, entró por la ventana y le dijo que desde el primer día en que la vio se enamoró profundamente de ella y que nadie podría hacer nada para que él dejara de amarla.
Ella también confesó lo profundo que lo amaba. Pero en ese preciso instante entró el padre de la diosa y los vio juntos. Ella le pidió disculpas y le explicó que estaban muy enamorados. Al verlos se convenció y aceptó la relación.
Como condición, los enamorados debían de tener dos hijos que recibirían el nombre de Atenea y Dionisio.
Los preparativos de la boda eran interminables; llegó el día y se casaron. Luego de un tiempo recibieron la noticia de su próxima maternidad y paternidad. Y al fin el día esperado llegó, dos hijos nacieron como fruto de este amor. Fueron muy felices, nunca se separaron y vivieron demostrándose sus sentimientos fraternos.

Florencia Moyano

VENUS

Venus era una diosa tan, pero tan bella que las demás diosas estaban envidiosas de ella. Además de ello, poseía una bondad inigualable.
Las diosas decidieron encerrarla en un laberinto sin salida y así lo hicieron. Pasaron muchos años y Venus seguía allí. Lo que éstas no sabían es que cada día que pasaba, la diosa de la belleza se embellecía más y más.
En un banquete que dio Zeus, y que asistieron todos los dioses, se dieron cuenta de que Venus no estaba presente. Todos la buscaron sin cesar hasta que Eros, el dios del amor pensó que podía encontrarse en el laberinto.
Una madrugada, antes de que la luna ocultara se bello rostro y el astro rey iluminara el Monte Olimpo con sus rayos dorados, Eros partió en búsqueda de Venus.
Sorteó mil pruebas hasta que pudo liberar a la diosa de la belleza de esa encrucijada.
Ella volvió con su amado rescatador a la residencia de todos los dioses y narró todo lo sucedido. Entonces Zeus, la deidad mayor determinó que las diosas secuestradoras vagaran por toda la eternidad bajos las llamas del tátaro.
Pero tan buena y bondadosa era Venus que intercedió ante ellas y Zeus permitió que fueran las servidoras en los banquetes de todos los dioses y que en lugar de ir a tártaro lavarían las copas que las deidades ocuparan en sus fiestas. Y colorín colorado, este mito ha terminado.

Bladimiro Cedillo

PROMETEO Y AFRODITA

Hace mucho tiempo, en el Monte Olimpo, una joven llamada Afrodita buscaba a su amor desesperadamente, aunque ella era la diosa del amor no podía encontrar el suyo propio. Varias veces había tratado de enamorar a jóvenes dioses pero todos sus intentos fallaban.
Una noche, mientras ella dormía, Hera corrió hacia su cuarto para hablarle. La despertó y le dijo que no gritara pero Afrodita al verla lanzó un grito de terror y dijo:-¡por los dioses de mis dioses! ¿Quién eres tú?
-Soy la diosa del paraíso- respondió.
Afrodita preguntó de qué paraíso y Hera le dijo que era un gran bosque donde se ubicaba el “manzanero del amor” y que si ella quería encontrar al verdadero amor debía comer una manzana cortada de ese árbol. Pero además debía tener cuidado ya que había un dragón mitológico custodiando dicho arbusto. Además agregó que ese bosque lo encontraría en la tierra de los mortales.
Afrodita siguió las indicaciones de Hera; pudo despistar al monstruo y comió la más roja y dulce manzana. Luego de esto regresó al Monte de los dioses.
De inmediato, en el mismo instante en el que esto ocurrió, en la Tierra un joven llamado Prometeo lloraba porque no encontraba a su amor. Justo allí apareció Ares y le dijo quién sería su amor verdadero. Como por arte de magia Afrodita apareció justo enfrente de este titán. Éste se impresionó por la belleza sin límites que tenía frente a él.
Afrodita quedó anonadada, igual que Prometeo y sin saber porqué corrieron a abrazarse.
Durante mucho tiempo ocultaron su amor hasta que Zeus los descubrió y enfurecido encerró a la diosa en un castillo, en el medio de un bosque que estaba custodiado por centauros.
Prometeo estaba desesperado y lloraba sin parar. En ese momento apareció Poseidón y le dijo:- yo soy tu padre y Atenea tu madre; tú también eres un dios… y como tu padre te ayudaré-. Así fue que el titán, ahora un verdadero dios, aprendió a desarrollar y dominar los poderes divinos que poseía y eso fue gracias a las enseñanzas de su padre.
Cuando ya estuvo listo, se dirigió al castillo, venció a los centauros y Zeus lo observaba muy asombrado de esa magnífica fuerza interior. Es así que colocó una piedra en su camino pero Prometeo con su fortaleza pudo sacarla de allí y liberar a Afrodita.
Vencido Zeus, aceptó la boda entre ellos. Como fruto de este amor nacieron cuatro nuevos dioses: Lucrecia, diosa se los cuatro elementos, Paris, dios del agua, Casandra, diosa del futuro y Agalaz, dios del fuego.

Franco Ceballos.

EL LABERINTO

Había una vez un rey llamado Minos y conoció a la diosa del amor, Afrodita. Ambos contrajeron matrimonio. Ella, lo engañó con su caballo alado, un bello unicornio blanco y tuvo con él un hijo mitad caballo, mitad humano.
El rey Minos se enteró de la traición y lo mandó a matar, pero éste escapó.
Ante esa traición, Minos tomó por la fuerza a la diosa y luego de nueve meses ella dio a luz a un hijo. Éste fue bautizado con el nombre de Hermes. A pesar de todo Afrodita estaba muy contenta por su nuevo hijo porque no había dicho que había perdido a su primogénito.
Hermes creció y se hizo un hombre, y se transformó en defensor de los griegos, que eran constantemente acechados por los soldados de su padre.
Cuando se enteró de que tenía un hermano, lo buscó y lo buscó hasta que logró encontrarlo en un pueblo llamado Babacne. Lo llevó al Monte Olimpo, residencia de los dioses y lo dejó con un soldado que se dedicó a ayudarlo, alimentarlo y servirle en todo lo que deseara.
Minos se enteró y le comenzó a tomar odio. Decidió entrar y sacarlo de allí y enviarlo al laberinto. Justo al mismo laberinto donde había encerrado al Minotauro. (Un hijo suyo nacido de una relación anterior a conocer a Afrodita que tuvo con otra mujer). Así lo hizo, con la esperanza de que el monstruo del laberinto lo devorara. Un día entró a ese lugar y su sorpresa fue que Minotauro lo devoró a él. A su propio padre.
Esto sucedió porque Minotauro y el caballo con alas mantuvieron un diálogo y se dieron cuenta de la maldad de Minos. Fue entonces que quisieron salvar al mundo de este rey que le hacía daño a todo el que se le interpone en su camino.
Luego de éste episodio, la liberación fue total y el laberinto ya no fue un lugar de terror y muerte sino una reliquia que recuerda el sufrimiento de muchas doncellas y muchachos que eran obligados a entregar su vida a favor de nadie.

Emanuel Rodríguez

LA FELICIDAD DE AFRODITA

Hace muchos años atrás, en Roma, nació el hijo de Cronos y Rea, al que llamaron Neptuno. Éste tenía ojos azules y su cabello era de un color castaño muy, muy bello.
Después de los diecinueve años, Crono dejó de existir y entonces tuvo que dividirse el mundo. El mar le tocó como herencia a Neptuno y sobre las maravillosas aguas azules él construyó un gran palacio.
Pasado un tiempo, conoció a Afrodita, la diosa del amor y de la belleza. Ella era hermosísima, sus cabellos rubios ondulados parecían una cascada en primavera, y sus ojos eran claros y celestes como un firmamento veraniego.
Neptuno, ni bien posó la mirada sobre ella se enamoró perdidamente y al instante.
Transcurridos dos años, él pidió la mano de Afrodita a su padre Zeus, dios del rayo. El inconveniente es que éste no se la concedió porque dijo que no era digno de llevar al altar de los dioses a su hija.
Neptuno se dio cuenta de que tenía que hacer todo lo posible para ganar la confianza de Zeus, es por eso que se jugó al máximo por Afrodita y por su amor. Así lo hizo, pasó muchísimas pruebas, juegos y fatalidades y a todas sobrevivió airoso. Afrodita se sintió muy orgullosa de él y le pidió a su padre que aceptara y celebrara la gran boda.
La belleza de Afrodita hasta hoy cautiva y cautivará a todos, pero sólo Neptuno fue el gran ganador ya que no sólo obtuvo la confianza de Zeus, sino que ganó algo más importante: el amor de Afrodita.

Yanina Barbadillo

EL MITO DE AFRODITA

Hace muchos años en Grecia nació del dios del futuro la hermosa diosa llamada Afrodita, que quien la veía quedaba asombrado con su belleza y ternura.
Pasó el tiempo y Afrodita fue creciendo y poniéndose cada vez más bonita.
Como se dijo, el padre de ésta era el dios del futuro, que comenzó a ver lo que iba a sucederle a la gente, tanto lo bueno como lo malo. Pero éstos no prestaban atención a sus vaticinios y no le hacían caso. La gente se enojó mucho entonces decidieron darle fin a la vida de este dios.
Cuando Afrodita se enteró, se puso muy triste. Entonces le preguntó su padre que qué le sucedía que estaba tan triste. El dios con congoja le respondió y le contó todo lo que estaba sucediendo. Su hija se acercó con ternura y le dijo que no temiera ya que él era un dios fuerte, valiente y nada le sucedería. Nefte se alegró y le dio gracias por el consejo que le había dado su hija querida y esas palabras lo consolaron.
Él volvió a advertirle a la gente lo que pasaría, con más valor que antes. Los ciudadanos al ver que Nefte no poseía miedo se dieron cuenta de que tenía razón de lo que decía, entonces le creyeron y todo cambió para mejor.
Nefte al ver esta gran obra decidió convertir diosa del amor y de la belleza a Afrodita y además reconocer que era muy bondadosa y una muy buena consejera.

¿Quieren saber una curiosidad?
Afrodita llegó a ser la diosa más bella y amorosa de Grecia y del Universo entero.
Ayelén Roco

LA AMISTAD DE LA DIOSA ARTEMISA Y DEL DIOS EROS

Hace miles de años habían dioses que representaban la mitología. Entre ellos existía un dios llamado Eros que era hijo de Afrodita, y a su vez era el dios del amor. Una vez, Eros quería mucho más que a una amiga a Artemisa.
Ella era la diosa de las plantas que comprende gran número de especies y muchas de ellas con virtudes medicinales.
Artemisa quería mucho a Eros pero estaba comprometida con Dionisio, pero ella no lo amaba tanto.
Eros sabía que ese amor era imposible. Artemisa se enteró de lo acontecido y fue a buscarlo pensando que si se amaban debían de estar juntos. Pero el dios del amor, sabiendo todos sus sentimientos, le dijo que ese sentimiento tan bello era imposible entre ellos. Luego de todas las palabras que ambos cruzaron, quedaron en ser muy buenos amigos.
Dionisio que amaba mucho a Artemisa se había enterado de que ella quería más a Eros que a él pero como todos saben ese amor estaba culminado, es entonces que luego de charlar y charlar decidió casarse con Artemisa.
Después de las magníficas bodas vivieron muy felices y transcurrido un tiempo tuvieron un hijo que fue llamado Chrilín. Los tres vivieron felices por siempre.
En cuanto a Eros, éste encontró una bellísima y buena ninfa que lo enamoró y junto recorrieron la Tierra desplegando su amor.

Flavia Jarpa.

DIONISIO, AFRODITA Y EROS.

Hace tiempo, Dionisio, el dios del vino, se enamoró de una bella diosa llamada Afrodita. Ella era patrona del amor, pero como Dionisio había retado a Eros, éste se vengó.
Eros tenía dos flechas que se clavaban en el corazón de los humanos y de los dioses; una era punta de plata y la otra de oro. Si se clavaba la flecha de plata la mujer o diosa despreciaba a su enamorado.
El dios del amor, vio a Afrodita caminando con Dionisio, entonces pensó ¿A quién le clavaré esta flecha del desprecio? ¿Y ésta del amor?
De repente se acordó del reto que tenía en el pasado con el dios del vino y rápidamente decidió herir con su saeta de oro, mientras que la diosa del amor fue herida con la del desprecio.
Luego de transcurrir un tiempo, los efectos comenzaron a notarse. Dionisio comenzó a perseguir a su amada pero ésta lo veía venir y salía corriendo por el bosque. Así transcurrió una y otra vez, hasta que notó que tenía sus brazos, piernas y pies lastimados de tanto correr entre árboles y raíces escapando del amor.
En un momento sintió que sus fuerzas estaban agotadas entonces rogó que ésto acabara. Una noche de luna llena, ambos se encontraron y como por arte de magia, Afrodita mutó en un árbol: sus brazos eran ramas, sus piernas se aferraron como raíces a la tierra y sus cabellos se transformaron en brillantes hojas de color verde.
Frente a ese panorama Dionisio lloró amargamente, llamó a ese árbol laurel y decretó que desde ese día una corona con las hojas de esa planta adornaría en cabello de aquellos hombres y mujeres gloriosos por el amor, aunque él nunca tuvo ésta dicha por culpa de un dios envidioso.

LA BELLEZA DE ATENEA

El pueblo entero admiraba la belleza de Atenea, la diosa de la guerra. Un día la vio Eros, dios del amor, y se enamoró de ella.
Afrodita era mil veces más linda que Atenea, pero al ver que Eros se había enamorado de ésta última sintió gran envidia, cosa común entre mujeres; no se sabe si entre diosas.
Cuando Eros le confesó su amor a Atenea, ella se sorprendió en gran medida, y le dijo que ella estaba enamorada de Dionisio, el dios del vino. Muy triste quedó el dios del amor ante la decepción amorosa, pero nunca posó sus ojos en Afrodita. Esto despertaba día a día la ira y la envidia de la diosa contra su rival.
Tanta era la rabia que cuando Atenea estaba con Dionisio recorriendo los viñedos, disfrutando de los frutos de la vid y de los vinos que le ordenó a Artemisa, que se acercara al lugar donde éstos estaban y les dijese que se alejara de Eros, que le rompiera de una vez el corazón para que éste la olvidara porque sino lo iba a pasar muy mal.
Atenea, quiso hacerlo mil veces pero una fuerza extraña e interior no se lo permitía. ¿Será que allí mismo se dio cuenta de que con Dionisio sólo se divertía y que a Eros lo amaba?...
En una celebración realizada por el dios de los viñedos se encontraron las dos rivales, ambas discutieron por el amor que sentían. Con todas sus fuerzas Atenea luchó contra las adversidades que Afrodita puso en su camino.
Finalmente, Eros y Atenea fueron muy felices, pudieron estar juntos. Mientras tanto, la diosa del amor y la belleza se hizo amiga del dios del vino. Y no saben que pasó: éste la invitaba a festines y ella para olvidar sus penas tomaba los mejores vinos que le convidaba.
Un día se dio cuenta de que esa no era la solución y decidió tomar otra actitud: viajó por todo el mundo e hizo buenas obras enamorando a la gente. Igualmente a ella le costó alcanzar la felicidad ya que hizo mucho daño. Sólo el verdadero amor podría salvarla. ¿Ustedes creen que lo encontrará?... Todavía no sabe.

EL MINOTAURO Y AFRODITA

Hace muchos años atrás, en un castillo muy hechizado había una fiera, era una bestia peluda. Febo, hijo de Zeus, entró allí y cuando vio a esa fiera no le tuvo miedo como acostumbraban los demás héroes que allí entraban.
La bestia al ver al hermoso dios, con fuertes músculos, bellos cabellos, al ver al dios de la profecía, de la medicina y de la arquería, se enamoró profundamente de él. Fue un deslumbramiento raro ya que el minotauro era un monstruo y Febo un dios.
Hay que destacar que el deslumbramiento sufrió una transformación: en amistad. Sí, porque el minotauro y Febo se hicieron muy amigos. El dios le enseñó al monstruo a manejar a la perfección el arco y la flecha, y se convirtió en una excelente luchador. Por otro lado, pudo conocer todas las plantas y las propiedades medicinales de cada una de ellas. Y a través de algunas prácticas de concentración Febo le enseñó a ver el futuro.
El minotauro, de esta manera pudo, ver que lentamente se le acercaba una mujer muy bella, con vestidos de sedas y adornada con brillantes joyas. Ella era Afrodita, la diosa del amor.
Con toda su delicadeza, afrodita sopló sobre el minotauro un polvo mágico de oro. Esto hizo que junto a su personalidad, el monstruo mitad hombre y mitad toro, cambiara su aspecto físico y se convirtiera en un bello héroe.
Los tres salieron a caminar cuado en el medio de los jardines de los palacios de los dioses venía caminando Atenea, la diosa de las artes y oficios, y de la guerra; auxiliadora de los héroes.
Al día siguiente, Atenea salió a caminar con Minito, nuevo nombre adoptado por el minotauro, visitaron bosques, praderas, montañas y ella en secreto le enseñó todo lo referente a la guerra, las artes y los oficios. Poco a poco, sus miradas iban fortaleciéndose y de repente sellaron todo con un beso.
Finalmente, se rompió el hechizo del castillo. Minito y Atenea vivieron juntos y felices. Tuvieron un hijo y los padrinos de bautismo fueron sus mejores amigos Afrodita y Febo.
Estas historias mitológica parecen no tener fin... ¿Les parece?...

Romina González

EL DESCUBRIMIENTO DE LA DIOSA DE LA BELLEZA

Hace mucho tiempo, en la antigua Grecia, vivía una muchacha llamada Afrodita que era muy buena, respetuosa, bondadosa y hermosa.
El dios Zeus y su esposa Ares no la habían visto nunca pero cuando la vieron recordaron una escritura que decía “Una muchacha con buenos sentimientos y hermosa sería la diosa de la belleza”. Quisieron comprobar si era ella y llevaron a Afrodita al medio del bosque. Ella no sabía que hacía allí; intentó salir pero no pudo.
Zeus y Ares le pidieron a Poseidón, el dios de los mares y tormentas que desatara una inundación en el bosque. Éste lo hizo.
El agua arrastró a Afrodita cerca de un Minotauro, un monstruo que tenía el cuerpo de humano y cabeza de toro.
Cuando alguien se le acercaba al mencionado animal mitológico, lo mataba casi sin darse cuenta. Él se sentía muy sólo y sobre todo, como huían de él, se sentía muy discriminado.
Afrodita, al verlo, se espantó pero al pasar un rato ambos comenzaron a mirarse y la bella muchacha, comenzó a hablar con él. Le dijo: -si tú quieres, yo puedo ser tu amiga, así dejarás de estar triste y estar solo.
El minotauro, poco a poco, comenzó a confiar en ella. La escuchó con mucha atención. Él le dijo a Afrodita que la ayudaría a salir de ese lugar.
Caminaron kilómetros y kilómetros cuando de repente, a lo lejos, vieron un inmenso castillo. El minotauro se alejó y la diosa de la belleza siguió sola. Ella entró. Nadie aparentemente habitada el lugar, sólo habían muebles viejos.
De repente, escuchó voces que le decían que nunca saldría de allí y que nadie, nadie repararía e iría a buscarla. Pero ésta, tenía confianza en que saldría de ese tenebroso castillo. Se abrió la puerta y afuera la esperaban Zeus y Ares.
Orgullosos le dijeron: -Tú eres la diosa de la belleza- y la llevaron hacia una luz resplandeciente, a un palacio donde la esperaba un gran banquete y un buen amigo, el minotauro.

Fanny Ortiz.

APOLO, EL MÁS BELLO DE LOS DIOSES

En los tiempos antiguos cuando Ares nacía, al mismo tiempo también nacía Apolo y su hermana Diana, todos hijos de Zeus.
Hera, madre de Ares y Leto y de los gemelos Apolo y Diana. Hera odiaba a Leto pero ocultó su odio.
Al pasar el tiempo los niños crecían y jugaban felices. Pero, cuando ya eran jóvenes a Hera no le gustaba que Apolo fuera más atlético y bello que Ares. Ya que cuando fueran adultos Zeus preferiría Al dios con el dios bello de las profecías.
Fue entonces que hizo muchos intentos para matarlo pero no habían resultado, fallaban todos porque primeramente este dios debía ser mortal y después moriría.
Luego de un tiempo, ellos tenían instinto de competencia, y como era de costumbre, en el Olimpo uno de los dos debía quedarse con su padre y el otro debía de irse al hades; porque al ser tan diferentes podrían pelearse y ambos serían desterrados del Monte donde moraban los dioses.
Zeus, sabiendo que Apolo era más fuerte, bello y amable e inteligente prefirió quedarse con él. Siempre decía que cada uno vino con una misión en su vida y la de Apolo era ser el dios más importante que podía existir.
Hera, al enterarse de esta decisión planeó matarlo. Para ello, consiguió una sustancia que podía convertirlo en mortal, entonces colocó dicha sustancia en una manzana. Luego quiso dársela a Apolo y la dejó sobre la mesa con una inscripción que decía: “para el más bello y fuerte”. Ares al verla la tomó y se la comió. Luego sintió hambre y sed como nunca lo había sentido. Luego se encontró en un campo cerca de una aldea, con un cansancio inigualable; es por ello que se echó a descansar.
Hera vio que la manzana no estaba y creyó que lo había logrado, entonces descubrió que la sustancia tenía un efecto secundario y el que la bebiera se convertiría en una liebre.
Diana salía de caza, fue entonces que vio a una liebre y al primer disparo de su flecha la atrapó. Luego, ésta se convirtió nuevamente en humano, ella lo vio y no lo podía creer... ¡Había matado a Ares! Rápidamente huyó y se lo contó a Zeus. Pero la pena grande le llegó a la diosa mitológica cuando se enteró de que había matado a su propio hijo.
Zeus se puso muy furioso y la condenó convirtiéndola en aquella manzana. Una manzana podrida castigada por el clima.
Nada volvería a ser como antes. Apolo fue proclamado el más bello de los dioses; Diana la más bella y Ares se transformó en el encargado de llevar a los muertos por el tártaro.

Yamila Huanca

EL AMOR DE DOS DIOSES

Hace mucho tiempo, Venus, la diosa de la belleza y del amor tenía un amigo llamado Apolo. Un día, éste empezó a tenerle envidia porque Venus era bonita y poseía mucho amor; en cambio Apolo no era tan bonito y quería poseer más belleza.
Transcurrido un tiempo, el dios de la profecía, como lo llamaba el legendario aeta ciego, Homero, hizo construir un cofre con las medidas de la diosa del amor. Preparó un gran banquete e invitó a todos sus amigos, en esas invitaciones por supuesto estaba incluía Venus.
Inventó un juego donde todos tenían que meterse dentro del cofre. Todos querían jugar. Uno a uno, los amigos trataban de introducirse pero no lograban hacerlo: unos eran chicos, otros eran gordos, otros demasiado grandes... así fueron pasando hasta que el turno le tocó a la bella Venus. Ella encajó justo -claro, era de su medida- entonces Apolo cerró el cofre, lo selló bien y lo lanzó al río.
Algo ocurrió después de este suceso, el dios no había vuelto a tener ninguna visión ni había hecho alguna profecía.
Continuando con la historia, pasaron cuatro días y la emperatriz de la belleza no aparecía, ya todos se habían enterado de su ausencia, entonces sus seguidores se reunieron y decidieron separarse y buscarla mejor.
Al enterarse de ésto, Apolo corrió a buscarla. La encontró, abrió el cofre y con mucha ira la despedazó. Luego, encerrado en su ceguera, la depositó en el ese ataúd y éste fue a para a un pozo que él mismo había cavado y la sepultó.
Sus buscadores les llamó la atención encontrar un lugar donde había tierra removida. Allí encontraron los restos de Venus. Todos lloraban y sufrían por lo sucedido. Había lamentos y más lágrimas.
Al ver este suceso, Apolo no pudo soportarlo, habló con los dioses del Olimpo, confesó su crimen y se entregó.
Todo el pueblo quiso hacer justicia al enterarse lo que hizo el dios. Las máximas autoridades decidieron darle una lección. Apolo tenía que pasar un tiempo prudencial en el Hades y pasar muchas pruebas dolorosísimas. Por otra parte, devolvieron la vida a Venus para que el pueblo fuera feliz.
La bondad de la diosa del amor fue tan grande que salvó a Apolo y lo sacó del Hades. Contrariamente fue mandado a Delfos y se convirtió en uno de los oráculos más importante de Grecia, recuperando sus visiones y predicciones. Pero ahí no termina la historia... Venus le presentó a Dafne y ambos se enamoraron de tal manera que nunca se separaron.
Sin ser tan bello, Apolo encontró el amor y así encontró la felicidad absoluta.

José Mical

LA DIOSA DEL AMOR

Hace muchos siglos, en Grecia, vivía una chica llamada Afrodita que estaba enamorada de Eros, pero entre sus familias habían conflictos personales. Fue entonces que no podían estar juntos.
Afrodita se encontraba con Eros a escondidas en el Monte Olimpo todos los días a la misma hora. Pero un día, los padres de Afrodita le preguntaron dónde iba y ella muy nerviosa les contestó con una mentira y los padres convencidos la dejaron ir, aunque su intuición algo les decía y no estaban muy de acuerdo con lo que la diosa les había argumentado. Después de que se marchó, la persiguieron y vieron que estaba con Eros.
Los padres reaccionaron tan mal, sobre todo por la mentira, que se la llevaron a su casa y le obligaron a no salir de su habitación. La bella joven estaba muy triste porque no volvería a ver a su enamorado, el dios de los ojos azules como el cielo y de un corazón tan grande que salía de su pecho.
Eros, por su parte, no se quedó con los brazos cruzados, sino que habló con sus padres para ver si podían arreglar el problema que tenían entre las familias. Más tarde tomó coraje y acudió a hablar con los padres de Afrodita, pero ésto no dio resultado. Viendo lo sucedido, no le quedó otra cosa que hablar con los dioses mayores.
Ellos le dieron la solución: si ellos arreglaban el problema entre las familias, Eros y Afrodita se tendrían que convertir en los dioses del AMOR. Eros, con sus ojos llenos de lágrimas, y muy emocionado les dijo que estaba de acuerdo con el trato propuesto.
Después de unos meses, los padres comprendieron que sus hijos no podían estar separados debido a su enemistad, entonces hicieron las paces y volvieron, los dioses del Amor, a estar juntos. Pero Eros, pícaro, no les había contado del trato.
Luego de unas horas, la bella Afrodita y su amado fueron al Olimpo y allí mismo los dioses aparecieron y les dijeron que ya era la hora. Entonces los llevaron a otro sitio y los nombraron diosa y dios del Amor, luego hablaron con sus padres y toda la enemistad que existía entre los mismos quedó en el pasado. Éstos comprendieron que así tenía que ser, entonces los reinos fueron felices.

Y... Si algún día estas enamorado y tienes algún problemita, lee esta historia y lucha con todas tus fuerzas como Eros y Afrodita y así alcanzarás la felicidad.

Yanina Blasco.

AFRODITA Y SETH

Hace mucho tiempo, Afrodita fue una gran reina que enseñó a su pueblo a respetar las leyes y muchas otras cosas beneficiosas, como por ejemplo extraer materiales de la tierra para hacer con ellos objetos y cultivarlos.
A Afrodita le interesaba mucho el carácter de las personas, por eso les gustaba conversar con todos y enseñarles.
Afrodita tenía un hermano llamado, Paks, muy envidioso, quien siempre le hacía la contra. Pero un día, Paks fabricó un cajón donde cupiera Afrodita y quedara allí encerrada.
Unos días después, el mal hermano, junto con otras personas que le ayudaron, encerraron a Afrodita dentro del cajón y la tiraron al río.
Cuando Seth, su esposo, supo que lo había pasado, comenzó a buscar desesperadamente a su amada. Pero Paks al ver que el esposo de la reina la buscaba, se adelantó y fue el lugar donde la había tirado. Tuvo entre sus manos el cuerpo de ella, y luego lo despedazó.
Seth, después de haber buscado tanto a Afrodita, la encontró; pero al verla descuartizada lloró sobre sus pedazos.
Luego, pidió ayuda a los dioses Thot y Anubis. Ellos armaron nuevamente el cuerpo de Afrodita y la resucitaron.
Esta volvió a ser la reina de todos nuevamente.
Desde el principio los habitantes de la ciudad no lo creyeron pero se alegraron porque volvió la dama que tanto amaban.
Las personas fueron testigos del amor de Afrodita hacia ellos y le retribuyeron con ofrendas y regalos.
En pago a esto los dioses la convirtieron en un ser inmortal y así volvió feliz para toda la eternidad.

Stefanía Zandri.

EL DIOS ZEUS

Hace mucho tiempo, un dios llamado Zeus era el rey del trueno y habitaba en el Monte Olimpo.
Un día éste se dirigía a la casa de la Diosa Afrodita, y le pidió al padre su mano; pero éste se la negó ya que estaba prometida al Minotauro. El minotauro era un monstruo mitad hombre y mitad toro.
Zeus se enojó y subió hacia su montaña. Tanta era su ira que creó una tormenta tan fuerte y grande que llovió durante cuarenta días y cuarenta noches. Luego de ese tiempo hizo que la tierra tuviera un sacudón y se moviera.
El novio de Afrodita, al momento de contraer matrimonio con ella, se enfermó gravemente y no pudieron casarse. Esperaron y esperaron a que éste mejorara pero no se vio ni una leve mejoría, es por eso que la diosa, tuvo tanta rabia que pidió un milagro divino.
A los pocos días de agonía, Minotauro murió. Luego de sus funerales, y transcurrido un tiempo prudencial, Afrodita se encontró con Zeus y éste nuevamente le pidió matrimonio. Se casaron, tuvieron muchos hijos inmortales y fueron felices por siempre.

Luis Molina