En los tiempos antiguos cuando Ares nacía, al mismo tiempo también nacía Apolo y su hermana Diana, todos hijos de Zeus.
Hera, madre de Ares y Leto y de los gemelos Apolo y Diana. Hera odiaba a Leto pero ocultó su odio.
Al pasar el tiempo los niños crecían y jugaban felices. Pero, cuando ya eran jóvenes a Hera no le gustaba que Apolo fuera más atlético y bello que Ares. Ya que cuando fueran adultos Zeus preferiría Al dios con el dios bello de las profecías.
Fue entonces que hizo muchos intentos para matarlo pero no habían resultado, fallaban todos porque primeramente este dios debía ser mortal y después moriría.
Luego de un tiempo, ellos tenían instinto de competencia, y como era de costumbre, en el Olimpo uno de los dos debía quedarse con su padre y el otro debía de irse al hades; porque al ser tan diferentes podrían pelearse y ambos serían desterrados del Monte donde moraban los dioses.
Zeus, sabiendo que Apolo era más fuerte, bello y amable e inteligente prefirió quedarse con él. Siempre decía que cada uno vino con una misión en su vida y la de Apolo era ser el dios más importante que podía existir.
Hera, al enterarse de esta decisión planeó matarlo. Para ello, consiguió una sustancia que podía convertirlo en mortal, entonces colocó dicha sustancia en una manzana. Luego quiso dársela a Apolo y la dejó sobre la mesa con una inscripción que decía: “para el más bello y fuerte”. Ares al verla la tomó y se la comió. Luego sintió hambre y sed como nunca lo había sentido. Luego se encontró en un campo cerca de una aldea, con un cansancio inigualable; es por ello que se echó a descansar.
Hera vio que la manzana no estaba y creyó que lo había logrado, entonces descubrió que la sustancia tenía un efecto secundario y el que la bebiera se convertiría en una liebre.
Diana salía de caza, fue entonces que vio a una liebre y al primer disparo de su flecha la atrapó. Luego, ésta se convirtió nuevamente en humano, ella lo vio y no lo podía creer... ¡Había matado a Ares! Rápidamente huyó y se lo contó a Zeus. Pero la pena grande le llegó a la diosa mitológica cuando se enteró de que había matado a su propio hijo.
Zeus se puso muy furioso y la condenó convirtiéndola en aquella manzana. Una manzana podrida castigada por el clima.
Nada volvería a ser como antes. Apolo fue proclamado el más bello de los dioses; Diana la más bella y Ares se transformó en el encargado de llevar a los muertos por el tártaro.
Yamila Huanca
Hera, madre de Ares y Leto y de los gemelos Apolo y Diana. Hera odiaba a Leto pero ocultó su odio.
Al pasar el tiempo los niños crecían y jugaban felices. Pero, cuando ya eran jóvenes a Hera no le gustaba que Apolo fuera más atlético y bello que Ares. Ya que cuando fueran adultos Zeus preferiría Al dios con el dios bello de las profecías.
Fue entonces que hizo muchos intentos para matarlo pero no habían resultado, fallaban todos porque primeramente este dios debía ser mortal y después moriría.
Luego de un tiempo, ellos tenían instinto de competencia, y como era de costumbre, en el Olimpo uno de los dos debía quedarse con su padre y el otro debía de irse al hades; porque al ser tan diferentes podrían pelearse y ambos serían desterrados del Monte donde moraban los dioses.
Zeus, sabiendo que Apolo era más fuerte, bello y amable e inteligente prefirió quedarse con él. Siempre decía que cada uno vino con una misión en su vida y la de Apolo era ser el dios más importante que podía existir.
Hera, al enterarse de esta decisión planeó matarlo. Para ello, consiguió una sustancia que podía convertirlo en mortal, entonces colocó dicha sustancia en una manzana. Luego quiso dársela a Apolo y la dejó sobre la mesa con una inscripción que decía: “para el más bello y fuerte”. Ares al verla la tomó y se la comió. Luego sintió hambre y sed como nunca lo había sentido. Luego se encontró en un campo cerca de una aldea, con un cansancio inigualable; es por ello que se echó a descansar.
Hera vio que la manzana no estaba y creyó que lo había logrado, entonces descubrió que la sustancia tenía un efecto secundario y el que la bebiera se convertiría en una liebre.
Diana salía de caza, fue entonces que vio a una liebre y al primer disparo de su flecha la atrapó. Luego, ésta se convirtió nuevamente en humano, ella lo vio y no lo podía creer... ¡Había matado a Ares! Rápidamente huyó y se lo contó a Zeus. Pero la pena grande le llegó a la diosa mitológica cuando se enteró de que había matado a su propio hijo.
Zeus se puso muy furioso y la condenó convirtiéndola en aquella manzana. Una manzana podrida castigada por el clima.
Nada volvería a ser como antes. Apolo fue proclamado el más bello de los dioses; Diana la más bella y Ares se transformó en el encargado de llevar a los muertos por el tártaro.
Yamila Huanca
1 comentario:
Tu eres peruana ?
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