jueves, 20 de diciembre de 2007

DIONISIO, AFRODITA Y EROS.

Hace tiempo, Dionisio, el dios del vino, se enamoró de una bella diosa llamada Afrodita. Ella era patrona del amor, pero como Dionisio había retado a Eros, éste se vengó.
Eros tenía dos flechas que se clavaban en el corazón de los humanos y de los dioses; una era punta de plata y la otra de oro. Si se clavaba la flecha de plata la mujer o diosa despreciaba a su enamorado.
El dios del amor, vio a Afrodita caminando con Dionisio, entonces pensó ¿A quién le clavaré esta flecha del desprecio? ¿Y ésta del amor?
De repente se acordó del reto que tenía en el pasado con el dios del vino y rápidamente decidió herir con su saeta de oro, mientras que la diosa del amor fue herida con la del desprecio.
Luego de transcurrir un tiempo, los efectos comenzaron a notarse. Dionisio comenzó a perseguir a su amada pero ésta lo veía venir y salía corriendo por el bosque. Así transcurrió una y otra vez, hasta que notó que tenía sus brazos, piernas y pies lastimados de tanto correr entre árboles y raíces escapando del amor.
En un momento sintió que sus fuerzas estaban agotadas entonces rogó que ésto acabara. Una noche de luna llena, ambos se encontraron y como por arte de magia, Afrodita mutó en un árbol: sus brazos eran ramas, sus piernas se aferraron como raíces a la tierra y sus cabellos se transformaron en brillantes hojas de color verde.
Frente a ese panorama Dionisio lloró amargamente, llamó a ese árbol laurel y decretó que desde ese día una corona con las hojas de esa planta adornaría en cabello de aquellos hombres y mujeres gloriosos por el amor, aunque él nunca tuvo ésta dicha por culpa de un dios envidioso.

2 comentarios:

queenloneliness dijo...

Me parece muy buena

Diana dijo...

Ese mito es el de Apolo y Dafne.