jueves, 20 de diciembre de 2007

EL DESCUBRIMIENTO DE LA DIOSA DE LA BELLEZA

Hace mucho tiempo, en la antigua Grecia, vivía una muchacha llamada Afrodita que era muy buena, respetuosa, bondadosa y hermosa.
El dios Zeus y su esposa Ares no la habían visto nunca pero cuando la vieron recordaron una escritura que decía “Una muchacha con buenos sentimientos y hermosa sería la diosa de la belleza”. Quisieron comprobar si era ella y llevaron a Afrodita al medio del bosque. Ella no sabía que hacía allí; intentó salir pero no pudo.
Zeus y Ares le pidieron a Poseidón, el dios de los mares y tormentas que desatara una inundación en el bosque. Éste lo hizo.
El agua arrastró a Afrodita cerca de un Minotauro, un monstruo que tenía el cuerpo de humano y cabeza de toro.
Cuando alguien se le acercaba al mencionado animal mitológico, lo mataba casi sin darse cuenta. Él se sentía muy sólo y sobre todo, como huían de él, se sentía muy discriminado.
Afrodita, al verlo, se espantó pero al pasar un rato ambos comenzaron a mirarse y la bella muchacha, comenzó a hablar con él. Le dijo: -si tú quieres, yo puedo ser tu amiga, así dejarás de estar triste y estar solo.
El minotauro, poco a poco, comenzó a confiar en ella. La escuchó con mucha atención. Él le dijo a Afrodita que la ayudaría a salir de ese lugar.
Caminaron kilómetros y kilómetros cuando de repente, a lo lejos, vieron un inmenso castillo. El minotauro se alejó y la diosa de la belleza siguió sola. Ella entró. Nadie aparentemente habitada el lugar, sólo habían muebles viejos.
De repente, escuchó voces que le decían que nunca saldría de allí y que nadie, nadie repararía e iría a buscarla. Pero ésta, tenía confianza en que saldría de ese tenebroso castillo. Se abrió la puerta y afuera la esperaban Zeus y Ares.
Orgullosos le dijeron: -Tú eres la diosa de la belleza- y la llevaron hacia una luz resplandeciente, a un palacio donde la esperaba un gran banquete y un buen amigo, el minotauro.

Fanny Ortiz.

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